La violencia física y sexual en el Perú

Una muchacha de 17 años caminando por una de las angostas veredas de Cusco. Tranquila, confiada, soñadora. Aspecto un poco de niño, cabello corto, un short hasta medio muslo y una camisa. Un hombre mayor bebiendo alcohol en una silla. Ella pasa cerca, no le presta atención. De repente él le toca la nalga y dice algo (¿linda? ¿me gusta? a estas alturas ella no recuerda la frase). Ella se voltea enfadada y levanta la mano. Quiere golpearlo en la cara. Él, a pesar del alcohol, tiene suficiente fuerza para detener el brazo de la muchacha. Ella se queda inmóvil, indefensa. Pasa un segundo eterno. Él se ríe y la deja ir. Ella se voltea y se marcha con lágrimas en los ojos.

Es un hecho insignificante pero ella siempre lo recordará. No se lo contará a nadie. No pasó nada. De todas maneras la culparían a ella por caminar sola después del anochecer, por no cruzar la calle hacia el otro lado. Por no cuidarse.

Mucho tiempo después ella preguntará a sus amigas si alguna vez tuvieron una situación similar. Todas le dirán que sí.

Cada cierto tiempo ocurren casos de violencia sexual que nos aterran, que se hacen públicos y escandalizan. Existen numerosos documentales al respecto, me referiré aquí a dos que vi hace poco gracias a Netflix, aunque seguramente se pueden encontrar en internet.

«India’s saughter es un documental obligatorio para quien tenga aunque sea un leve interés en el tema. Hay que tener unos nervios de acero para verlo. Es chocante. Es difícil. Se trata de la violación colectiva de la que fue víctima Jyoti Singh, una estudiante de medicina que una noche estaba volviendo del cine con su enamorado en la ciudad de Delhi. El documental incluye entrevistas al chofer del bus que llevó a Jyoti y a los violadores (amigos de él). Él dice cosas como «ella no debió defenderse, si no lo hubiese hecho, habría sobrevivido. La hubiéramos dejado ir». El documental no sólo trata de Jyoti y de la violencia asociada al crimen sino también de la reacción del público, de los disturbios resultantes y cómo se trató de controlarlos.

En el documental «Brave Miss World»  Linor Abargil cuenta cómo marcó su vida el haber sido violada a los dieciocho años, poco tiempo después de ganar el concurso de Miss Mundo de Israel. Se nota que se torna fuertemente hacia la religión. Además, la película muestra su participación en iniciativas que buscan que las víctimas puedan hablar, tengan con quién hablar y puedan contar sobre lo que les pasó.
La película es buena aunque tratándose de un caso menos «escandaloso» no creo que genere esa reacción tan visceral. Este documental entristece pues Linor conversa y muestra a varias víctimas de lugares muy diversos y hace ver que no se trata de casos aislados. Es algo del día a día. Asociada a la película está la página www.bravemissworld.comen la que las víctimas comparten sus historias, algunas extremadamente tristes. Las más chocantes son aquellas donde la violencia viene de parte de la persona amada.

Además de los casos mencionados aquí hay tantos casos más de violencia sexual: la trata de mujeres, la violencia sexual en el hogar…

Después de ver estas películas en las que vi el machismo y la difícil situación de las mujeres en la India y me enteré de la frecuencia de la violación sexual de niñas en Sudáfrica decidí buscar información sobre Perú y encontré este titular «Perú ocupa el tercer lugar en casos de violación sexual en el mundo» (Perú 21, 2014).

Me quedé asombrada. Realmente… No era lo que esperaba. Por otro lado si se asume que más de la mitad de los casos no es reportada. ¿Qué tan confiables son las estadísticas? Leyendo con detalle vemos que el titular es confuso. Perú ocupa el caso de violación sexual en el mundo de parte de la pareja. ¡Vaya consuelo! Ok, puede que simplemente las peruanas nos atrevemos a denunciar… Ahora hay que encontrar la fuente, un informe de la Organización Mundial de Salud del año 2013, para ver si la información proviene de una encuesta, es un estimado, o corresponde al número de denuncias.

Primero encontré el resumen del informe Violencia contra la mujer en América Latina y el Caribe: análisis comparativo de datos poblacionales de 12 países (Bott, S., Guedes, A., Goodwin, M., & Adams Mendoza, J. 2013). De acuerdo a los datos que este recopila se ve que Perú es el tercero, entre los 12 paises latinoamericanos analizados, en cuanto a violencia sexual O física que recibieron las mujeres de su pareja. Esto se basa en una encuesta realizada por la Organización Mundial de Salud entre el 2007 y el 2008. Ok, no hay nada de lo que estar orgullosos pero el dato no es muy preciso. Además la comparación es con los países latinoamericanos.

En cualquier caso encontré una nota de política de la organización mundial de salud que sí incluye a Etiopía y Bangladesh (García-Moreno, C., Guedes, A., & Knerr, W. 2013). El gráfico de interés es una comparación que incluye sólo seis países, la zona rural del Perú es la tercera en cuanto a violencia sexual (no necesariamente violación, aunque supongo que eso sería lo más frecuente). Esta información se basa en la encuesta Estudio Multipaís de la OMS realizada el 2005.

Finalmente, para el caso de Perú el artículo incluye un gráfico que da algunos datos clave sobre la incidencia de la violencia sexual, aunque no incluye las fuentes, al referirse básicamente a Perú podría estar bastante acertado.

¿Entonces podemos estar tranquilas? No. No mientras vestir provocativamente (¿qué diablos significa eso?) es suficiente para ser víctima, no mientras ser adolescente es suficiente para recibir halagos muy groseros y tocamiento indebidos, no mientras ser mujer y de provincia implica que lo más probable es que alguna vez recibamos violencia física de nuestra pareja y que tengamos casi un 50% de probabilidades de ser víctima de violencia sexual por parte de él,

Qué significan estos números: imagina a cuatro amigas tuyas. ¿Eres de ciudad? Las probabilidades se distribuyen de la siguiente manera:

Recuerda, si eres alguien que sufrió violencia recientemente ¡Está bien pedir ayuda! Y si tuviste suerte de no cargar con esa experiencia, acompaña a tus amigas que todavía la están enfrentando.